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Los beneficios de las áreas verdes en ciudades pos pandémicas: Oportunidades y desafíos

Por Cristian Valenzuela Calderón.

Monologo teatral en Parque Forestal (2021). Producción propia.



En una realidad pos-pandémica, incorporando nuevas formas de convivencia, con el acecho del contagio. Las áreas verdes en ciudades como la de Santiago son un apoyo en este reciente modo de existencia. Que avivan reflexiones sobre los espacios verdes urbanos, de valor natural y cultural, como significativos para el buen vivir de las comunidades. Parques, plazas, cerros, ríos y otros sitios similares al considerarlos como beneficiadores ecosistémicos, con cualidades y procesos ecológicos específicos, adquieren un rol de actores en el cuidado físico y mental del habitar humano frente al Covid-19. No obstante, como señalaron Sonia Reyes e Isabel Figueroa ya en 2010, cabe destacar que, en territorios como la ciudad de Santiago, las áreas verdes no son equitativas para la población, tanto en términos de superficie total y tamaño, como en cercanía y acceso (Reyes y Figueroa, 2010)[I]. Por consiguiente, también se abre una deriva para pensar los desafíos del paisaje urbano en términos de equidad.


La presencia de árboles, plazas, parques y huertas en las ciudades ha adquirido una mayor importancia para la infraestructura urbana en tiempos de Covid-19. Tiempos que exigen cuidados colectivos, mejorar el entorno construido deficiente en los lugares rezagados por las instituciones públicas, como sortear la movilidad normada, y, sobre todo, paliar el hacinamiento que se vive en algunos sectores de Santiago. El espacio público se comienza a adaptar en una “nueva normalidad”, entre restricciones y preocupaciones, con comunidades médicas y gobernanzas que valoran mucho más los espacios abiertos para evitar el contagio. Como la recreación que se piensa en lugares abiertos, donde espacios privados tienen que utilizar el espacio publico, tomando de ejemplo cuando restaurantes exteriorizan sus dependencias hacia veredas y calles, abriendo la posibilidad de convivencias o conflictos con el arbolado urbano y/o peatones.



Imagen 1. Restaurante utilizando la vereda y compartiendo espacio con arbolado en Av. Merced (Santiago Centro).


Producción propia (2020).


Oportunidades para la salud

Fomentar la gran importancia de los espacios verdes urbanos en una pandemia global, y no quitarles terreno, radica en sus efectos para la salud y la convivencia de las personas, los cuales cada vez son más difundidos. Comunidades científicas han enfatizado sobre el rol de la infraestructura verde parar mejorar la calidad ambiental en un contexto de cambio climático (Vásquez, 2016)[II], en tanto elementos que capturan CO2 y regulan las temperaturas en las ciudades por nombrar algunos atributos. Al asociar las áreas verdes con el mejoramiento de la calidad del aire, también se las consideran medidas de mitigación pandémica. Ante problemáticas como la publicada por Fundación Terram, que exhibió un estudio de la Universidad de Talca en 2020 donde se relaciona la contaminación ambiental con la incidencia negativa en contagios de Covid-19; que a mayor exposición a material particulado (2,5) mayor es el contagio, con evidencia en diferentes ciudades del país (entre ellas Santiago) [III].


La evidencia científica previa ya venia considerando a los sitios con exposición a la naturaleza en las ciudades como “lugares saludables”, por ejemplo en el trabajo de Howard Framkin (2003)[IV]. Simplemente por lo que provoca la "conexión con la naturaleza", en tanto efectos psicológicos, en la recuperación de pacientes, el desarrollo emocional y cognitivo, la reducción del estrés, ansiedad y depresión, junto con una serie de sensaciones de bienestar. Al igual que la revisión sistemática de Diana Bowler y colegas (2010)[V], la labor científica ha buscado establecer un vinculo entre la salud de las personas y el habituar entornos naturales; al repercutir en las emociones, la atención, en el fomento de actividades cardiovasculares, las funciones endocrinas, y el sistema inmune de los humanos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre 9 y 11 m2 de área verde por habitante en las ciudades.


No obstante, en tiempos pandémicos las áreas verdes han tomado un rol relevante para las personas ante las medidas de confinamiento (y por ejemplo, no poder viajar a entornos naturales). Nelson Grima y colegas (2020)[VI] destacan la creciente importancia social de plazas y parques urbanos durante la pandemia en estados unidos, para hacer ejercicio al aire libre, paseos en bicicletas, el encuentro con distanciamiento social, la recreación y el aprendizaje basado en juegos para niños, o el evadir del confinamiento junto a la sensación de incertidumbre a través de la observación del paisaje. Acá en Santiago de Chile, ocurre algo similar, donde los gimnasios están cerrados y ciertas actividades físicas son preferibles al aire libre y en lugares con ventilación. Así como algunas instancias artísticas y encuentros comunitarios se trasladan a las áreas verdes.


Imagen 2. Clases de karate en Parque Villa Los Presidentes (Ñuñoa)

Producción propia (2021).


De este modo, la presencia y calidad de la infraestructura verde en las ciudades es una preocupación para urbanistas en un contexto pos-pandémico, como Negar Ahmadpoor y Sina Shahab (2020)[VII]. Quienes destacan la necesidad de fomentar diseños urbanos basados en la naturaleza, que la integren como un componente de suman necesidad para la vida urbana saludable, la cohesión comunitaria y hasta el bienestar espiritual, ante las crisis sanitarias, ecológicas, políticas y económicas contemporáneas. El Foro Munidal sobre medio ambiente construido (Rics), afirma que en Inglaterra aumento el uso de áreas verdes en un 160% durante 2020[VIII]. Al igual que City Monitor, quienes escribieron una columna a partir de las estadísticas de google, del aumento en las visitas a parques urbanos en países de Europa, Asia, Norte américa y Latinoamérica[IX]. Es decir, las personas están asistiendo más a áreas verdes cuando se levantan las normativas de confinamiento sanitario. Sin embargo, este uso concentrado puede aumentar la transmisión o vivenciar aún más la exclusión social en barrios de menores ingresos.


Desafíos ante la inequidad de áreas verdes

En un contexto latinoamericano, estudios han destacado la rápida urbanización del continente, que afecta en la pérdida de biodiversidad, y la distribución, cantidad y calidad de espacios verdes urbanos como indicadores de estatus socio-económico de los vecindarios (Dobbs, y colegas, 2019)[X]. En Chile, el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) fijo la meta de 10 m2 de área verde por habitante como estándar, aunque solo 18 comunas en todo el país cumplan con este estándar. Ante esto, un resumen de políticas para áreas verdes de la Universidad de Chile en 2020, realizado por Emanuel Gianotti, Alexis Vásquez y Paola Velásquez (2020)[XI], proponen aumentarlas (como parques y plazas) como inversión de municipios y gobiernos para mitigar el impacto del confinamiento y contribuir a controlar la difusión del virus, con especial énfasis en comunas y barrios de menores ingresos.


La calidad de plazas y la cercanía a parques son dimensiones a abordar en la producción del espacio urbano. Si es que las infraestructuras verdes son deficientes en algunas comunas, sus habitantes tendrán el incentivo de moverse a otros lugares, aumentando la trazabilidad y la exposición a contagio. Además, por las restricciones de desplazamiento es importante la proximidad de las áreas verdes y una distribución equitativa. De manera que, los espacios verdes deben ser considerados un elemento indispensable en la gestión municipal. Sin embargo, hay que cuidar la probidad administrativa en estos procesos, e integrar a las comunidades en las decisiones.


Por ejemplo, en el caso de la gestión municipal, un reportaje de Canal 13 (el 25 de julio del 2021) presentó una investigación que lleva a cargo contraloría por millonarios contratos municipales sin licitación para la mantención de áreas verdes. En dicho reportaje, no solo se resalta los tratos directos en la contratación de empresas fundamentados en el contexto de pandemia, sino que muchas de esas plazas se encuentran en notable abandono para las personas residentes, por lo tanto, las personas no justifican los gastos (en el siguiente link se encuentra el reportaje). La inversión necesaria a largo plazo para mejorar áreas verdes, tiene que ser de la mano de las comunidades locales. Ellas conocen mejor las oportunidades y los desafíos del espacio verde público para enfrentar la pandemia.


La salud, el bienestar y los cuidados de nosotros/as también pasa por estar y comprender nuestra integración con la naturaleza. Y en tiempos de Covid-19, de valorar el tipo de interacción que tenemos con ella y su presencia en las ciudades. El aumento del uso de áreas verdes implica mayores desafíos de integración urbana como de superar la inequidad en su acceso y calidad para vecindarios con menores ingresos en Chile.


Referencias

[I] Reyes-Paecke, S. y Figueroa I. (2010). Distribución, superficie y accesibilidad de las áreas verdes en Santiago de Chile. EURE (Santiago), 36(109), 89-110. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612010000300004 [II] Vásquez, Alexis E. (2016). Infraestructura verde, servicios ecosistémicos y sus aportes para enfrentar el cambio climático en ciudades: el caso del corredor ribereño del río Mapocho en Santiago de Chile. Revista de geografía Norte Grande, (63), 63-86. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-34022016000100005 [III] Cfr. https://www.terram.cl/2020/05/estudio-relaciona-la-contaminacion-ambiental-con-incidencia-negativa-en-contagios-de-covid-19. [IV] Frumkin H. (2003). Healthy places: exploring the evidence. American journal of public health, 93(9), 1451–1456. https://doi.org/10.2105/ajph.93.9.1451. [V] Bowler, D., Buyung-Ali, L., Knight, T. y Pullin, A. (2010). A systematic review of evidence for the added benefits to health of exposure to natural environments. BMC Public Health 10, 456. https://doi.org/10.1186/1471-2458-10-456. [VI] Grima N, Corcoran W; Hill-James C; Langton B; Sommer H y Fisher B. (2020) The importance of urban natural areas and urban ecosystem services during the COVID-19 pandemic. PLoS ONE 15(12): e0243344. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0243344. [VII] Ahmadpoor N. y Shahab S. (2020) Realising the value of green space: a planners’ perspective on the COVID-19 pandemic. https://doi.org/10.3828/tpr.2020.37 [VIII] Cfr. https://www.rics.org/es/wbef/megatrends/urbanisation/the-role-of-green-space-in-londons-covid-19-recovery/ [IX] https://citymonitor.ai/community/covid-19-is-highlighting-cities-unequal-access-to-green-space [X] Dobbs, C., Escobedo, F.J., Clerici, N. et al. Urban ecosystem Services in Latin America: mismatch between global concepts and regional realities?. Urban Ecosyst 22, 173–187 (2019). https://doi.org/10.1007/s11252-018-0805-3. [XI] Giannotti, E; Vásquez, A; y Velásquez, P. (2020) Propuestas para un sistema de áreas verdes para ciudades sostenibles y saludables. Serie Domesticar la Ciudad. Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Santiago.



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